¿Piercing o corbata?
26 febrero 2020
En la medicina las cosas están cambiando. ¿El hábito hace al monje?
La figura del médico como personaje respetable, con maletín, sombrero y elegante traje con corbata, parece una estampa de épocas pasadas. El médico, como la mujer del César, además de ser un profesional competente tenía que parecerlo; y su imagen externa ayudaba. Sin embargo, en los últimos años este prototipo se ha ido viniendo abajo. Es habitual encontrar a residentes y adjuntos, a clínicos y a cirujanos, en camiseta, con tatuajes, chanclas o con un piercing. ¿Es un signo inevitable de los tiempos, parte de la evolución de la profesión, o se trata de un descuido de la medicina que se encuentra en fase de “involución”?
Pero a mi se me ocurre pensar que no solo en la medicina sino en casi todas las profesiones y actividades hay un cambio sustancial en la vestimenta , sin ir mas lejos como se podía imaginar a un Ministro o Diputado en vaqueros y camisa remangada…
En el caso de los médicos la bata blanca se adoptó originalmente para proteger al paciente. Se diseñó como una barrera ante los contaminantes potencialmente dañinos con los que los sanitarios entraban en contacto cotidianamente. Los cirujanos cambiaron el color blanco por el verde debido a que la sangre impresiona menos sobre el verde.. A lo largo de decenios la bata blanca y el pijama verde fueron arraigando y formando parte de la identidad profesional del médico, ayudando a establecer la confianza del paciente, una pieza fundamental en la relación clínica. Sin embargo, en los últimos 15 años se ha observado un cambio en la forma de vestir de los médicos. Llevar bata ya no es la norma, como tampoco lo es vestir formalmente y con elegancia.
Son varias las razones del cambio en primer lugar la evolución de la sociedad, más permisiva con la libertad individual para escoger la forma de vestir, se argumenta que la bata suponía una barrera para el paciente. Pero no ocurre igual con la Toga de los letrados y abogados , al menos por ahora y eso si que es una barrera , Además de estos argumentos estaba la seguridad de los pacientes y han surgido alertas de que las batas blancas y los uniformes adquieren, retienen y transmiten microorganismos, y pueden causar infecciones.
Son muchos los estudios que se están realizando acerca de preferencias de una u otra vestimenta y de los riesgos o no de infecciones, pero algunos estudios al menos en occidente apoyan el uso de la bata blanca y la vestimenta formal, ya que la informal hace pensar que el profesional es menos competente y genera menos confianza. Opinión que , quizás por los años cumplidos y de ejercicio profesional comparto. El hábito no hace al monje pero ayuda a parecerlo…
Christopher Petrilli, autor del trabajo de la Universidad de Michigan, señalaba en una entrevista cómo “En Medicina el código de vestimenta es heterogéneo y deberíamos asegurarnos de que el atuendo refleje profesionalidad”, puntualizando que, a pesar de que el código es bastante heterogéneo, “ tenga en cuenta las preferencias de los pacientes”. Sin olvidar que si nos quitamos la bata blanca es más factible que nos contaminemos de sangre, fluidos corporales y otros contaminantes.
¿Qué hacer pues?
Llevar adecuadamente limpia la vestimenta para evitar que se convierta en fuente de infecciones, sea una bata o un traje con corbata, porque, ojo, también se ha descrito que las corbatas son fuente de propagación de microorganismos , pero a mí personalmente me gusta ..
El profesional , de cualquier profesión ,debe tener libertad para escoger si lleva piercing o corbata, siempre y cuando sea con higiene y sabiendo ganarse la confianza del paciente y añadiría mas y es que ciertas profesiones por muchos avances sociales y de libertades que se produzcan no olviden que la imagen del “ medico “ también ayuda a sanar al paciente, además de su conocimiento científico .