Telemedicina y Telesalud

Telemedicina y Telesalud

26 octubre 2017

Telemedicina: el futuro se ha hecho presente

 

Al hablar de Telemedicina es posible que se piense en los médicos que atienden por teleconferencia a los heridos de los barcos en alta mar. Sin embargo, en los últimos años, y gracias al desarrollo de la informática, en concreto de bioinformática, los servicios que presta la Telemedicina se han ampliado de forma exponencial. Esto nos lleva a vaticinar que, en pocos años, prácticamente todos los médicos usarán la Telemedicina en su trabajo rutinario, ya sea como asesores o bien para realizar consultas. El futuro en este campo ya se ha hecho realidad.

La Telemedicina, es decir, la utilización de las telecomunicaciones con fines médicos, supone actualmente una alternativa a los métodos tradicionales de asistencia ya permite realizar la asistencia mediante el intercambio de datos a través de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC). Una TIC es un sistema tecnológico que facilita la comunicación entre dos o más lugares, ya sea mediante teléfonos fijos o móviles, radio, televisión, videoconferencia, o a través de bioinformática, la TIC que ofrece más posibilidades.

La Telemedicina se puede aplicar a casi todos los ámbitos de la medicina, en función de las necesidades y del recurso que se utilice: zonas rurales, centros urbanos, áreas sanitarias, medicina de prisiones, atención a domicilio, medicina de emergencias o medicina militar. En todos estos escenarios, la Telemedicina se puede utilizar con fines asistenciales, docentes, de investigación o de gestión sanitaria, con una amplitud de servicios posibles muy variada. Telemedicina es que un médico en tareas de cooperación en la selva brasileña envíe la foto de una lesión cutánea a un dermatólogo en Barcelona; y también que un radiólogo en la India facilite el informe clínico de una resonancia magnética que se realiza en Londres. Telemedicina es consultar por correo electrónico con un especialista, operar a distancia a través de un robot o recibir formación en un curso on line

Para realizar Telemedicina puede valer con un teléfono móvil, pero en determinados servicios se precisa tecnología más sofisticada.

Si pensamos en el paciente, la Telemedicina permite que se eliminen determinadas barreras, bien por distancia geográfica o por falta de recursos.  En ambos supuestos, supone una mejora en la prestación de servicios sanitarios en lugares donde resulte difícil el acceso a la tecnología o a una medicina especializada. Pero también hay ventajas para los profesionales sanitarios ya que las TIC facilitan compartir información, de manera que se pueden realizar interconsultas y resolver dudas.

 

 

No obstante, a pesar de las ventajas de la Telemedicina, no podemos olvidar algunos problemas. En primer lugar, la confidencialidad de los datos y la intimidad de los enfermos, ya que la facilidad del acceso a la información puede llevar a que los datos sean tratados por sistemas sin las adecuadas garantías de protección. Por otro lado, aún está por aclarar si la atención recibida es exactamente igual que en las consultas (o intervenciones) presenciales tradicionales: ¿es igual la información? ¿los pacientes se comunican y aclaran sus dudas igual que si estuvieran delante del médico? ¿son equiparables las explicaciones de los profesionales? ¿y lo que el paciente entiende? Otro aspecto a considerar respecto a la calidad asistencial es que existe una tendencia a generar menos pruebas complementarias con el fin de facilitar el proceso de Telemedicina.

Añadido a todo ello, resulta clave el hecho de que el consultor no ve ni explora directamente al enfermo. Estos dos aspectos, la confidencialidad y la calidad en la atención, son fundamentales, pero hay otros problemas derivados de la tecnología, el más obvio los fallos de los sistemas informáticos, que harían imposible la atención.

Para que la Telemedicina sea aceptable se debe trabajar en la exigencia de estándares de calidad para que se presten los servicios correctamente, así como garantizar la confidencialidad de los datos junto a una actualización del marco regulador español de acuerdo a esta nueva modalidad de asistencia sanitaria. La transición de sistemas más rudimentarios a más tecnológicos no es sencilla, incluso para los propios profesionales. Así y todo, la Telemedicina no es un futurible, sino que es el presente. Y los profesionales no debemos quedar anclados anhelando un pasado que nunca volverá.



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